Encontró un boleto de la Primitiva premiado y podrá cobrarlo seis años después

El dueño de una administración de lotería se llevó la sorpresa de su vida al encontrar un boleto premiado con casi cinco millones de euros.

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Manuel Rejia espera cobrar al fin el millonario premio. Foto: El Diario del Juego.
Manuel Rejia espera cobrar al fin el millonario premio. Foto: El Diario del Juego.

"Me dirigía hacia la puerta cuando vi un boleto en el mostrador. Habitualmente suelo tirar todos los que me encuentro, pero éste me sorprendió, porque estaba muy bien conservado, como planchado. Por curiosidad, lo metí en la máquina para comprobarlo. Cuando apareció en la pantalla que estaba premiado, me fallaron las piernas. Mi cara debió de ser un poema. Lo comprobé una, dos, tres veces antes de darme cuenta de lo que tenía en las manos".

Este fue el testimonio en su día de Manuel Rejia, un lotero de La Coruña que se encontró un boleto de la Primitiva en el mostrador de su administración, y que lejos de ser uno de esos trozos de papeles inservibles y sin premio estaba valorado nada menos que en 4,7 millones de euros.

Ahora, seis años después de su millonario hallazgo este coruñés podría convertirse en el legítimo dueño del premio sin comerlo ni beberlo, así lo ha decretado el juez encargado del caso. Aun así no todo iba ser tan sencillo para este lotero, ya que hay varias causas abiertas y muchas las personas que reclaman el premio, 200 en un primer momento y seis a día de doy, aunque ninguna de ellas han podido demostrar que el boleto sea suyo.

Además, los reclamantes temen que después de tanto tiempo el lotero haya manipulado el boleto para borrar cualquier rastro de ADN que pudiera localizar a su verdadero dueño. Aunque de poco servirá la queja de los supuestos millonarios, ya que la última decisión de los tribunales fue la de negarse a realizar las mencionadas pruebas de ADN.

Ahora, y después de una larga espera, Manuel Rejia espera con ansia cobrar un suculento premio que además vendrá con intereses generados después de tanto tiempo. Y es que a veces la suerte no hay que buscarla, sino que te tropiezas con ellas casi sin quererlo.

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