La historia más triste de La Lotería del Niño
Fue hace un par de años, en Leganés, donde una administración vendió 400 billetes del Gordo a muchos vecinos menos a uno que no compró el décimo tras 20 años haciéndolo.
En el año 2014, el anuncio del Sorteo Extraordinario de Navidad narraba la historia de Manuel, un hombre que presenciaba con una enorme tristeza como sus amigos del barrio celebraban que les había tocado El Gordo. Él no pudo comprar, pero un héroe llamado Antonio le guardó un décimo del bar donde trabaja.
Una historia muy feliz, casi de ciencia ficción, que se repitió pocos días más tarde en la vida real, en el sorteo del Niño, pero con un final tremendamente triste.
Fue en Leganés. Allí, la administración número 4 vendió nada menos que 400 participaciones del Gordo del Niño. El jolgorio, la alegría, el champán invadían a todos los vecinos. A todos menos a José, un pintor que no pudo comprar el décimo como llevaba haciendo 20 años por un despiste y por su precaria situación económica.
“Mañana me paso”, era la frase más repetida de José, según recogió por aquel entonces el diario ABC. Pero nunca lo hizo. “He tenido una semana infernal con turnos de noche, saliendo muy cansado a las siete de la mañana, pensando todos los días que tenía que ir a por el número”. Pero no fue así, y algo que parecía enormemente improbable se terminó convirtiendo en una triste realidad.